En todos los proyectos, hay una fecha límite, que no se debe rebasar, pero siempre surgen imprevistos, que hacen que esa fecha se mueva y al final, el proyecto acabe, cuando se puede.
Coas muy distinta es cuando el proyecto es de un cargo que cesa (como ahora con el Gobierno), entonces sí que la fecha en la que un cargo político cesa es clara y además, no se pude mover, por lo que toca correr sí o sí, para dejar finalizado todo lo que el político de turno tenga en cartera, para al menos dejarlo lanzado antes de irse.
De hecho, muchas veces pasa que hay anuncios de obras que nunca se hacen y es porque el político que pretendía hacerla, no le dio tiempo a iniciarla y el que vino después, tenía otras prioridades.
Así que la política es, de las pocas cosas que conocemos, donde una fecha es imposible de mover, ya que el que la lanzó, puede que no esté, para presionar porque se haga su idea.
Quizá por eso, en estas fechas en la que tenemos elecciones generales en unos días y municipales, autonómicas y europeas un poco después, todos andan con prisas intentando dejar todo lo más iniciado posible, para que sus ideas, sean realidad aunque la medalla se la ponga el que entre después.
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