En la Comunidad de Madrid, que es la zona en la que vivimos, hace una semana que estamos en Fase 1 y nos ha sorprendido, para nuestra pena, lo pronto que se nos olvida lo mal que lo hemos pasado.
Hemos tenido la suerte de ver a la familia, que hacía tanto que no veíamos, pero no hemos aprendido.
Cierto que no nos damos besos y abrazos, pero sí que, empezando por los más mayores, que son el grupo de riesgo, se han ido ha cenar con amigos, asegurando que han guardado las distancias, pero al final, ir a un bar, por mucho que vayamos con cuidado, sigue siendo un riesgo.
Vimos las terrazas llenas y es cierto que nos alegramos por los dueños, porque necesitan que se reactive la economía, pero el virus, con todas sus formas y colores, sigue ahí fuera y no creo que sea tan necesario estar en grupos grandes (máximo 10, claro), comiendo y bebiendo así como esperando, casi tantos grupos, como los que están sentados.
Está claro que hemos aprendido poco y pensamos que ésto ya es volver a vida habitual, pero no, hay que tener mucho respeto por nuestro semejante e intentar no ir en grandes grupos a los sitios, intentar respetar muy respetadas las distancias y aunque cueste, estar con la mascarilla puesta todo el rato, aunque sea un incordio (que lo es).
Pero seguimos pensando que se nos ha olvidado pronto todo y por lo tanto, salvo que el virus esté cada vez más débil y que deje de infectar como lo ha hecho, volveremos a tener problemas, mucho antes de lo que esperamos, esto es, en cuando se acaben las fases y el estado de alarma.
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