Una de las cosas que las empresas deben cuidar (y muy pocas lo hacen), es que sus empleados no se aburran. Y es una de las cosas más complicadas, porque para que alguien no se aburra en el trabajo, le deben dar tareas que sean de su agrado y además, sean un reto que quiera y pueda asumir.
Muchas veces, dan tareas de dirección a personas, a las que no les gusta dirigir, las inundan a reuniones, a realizar informes de dirección, a controlar el trabajo que hacen otros,... en definitiva a dirigir, cuando para lo que son válidas y felices es para analizar procesos o programar. Y a la inversa, muchos que no valen para eso, pero sí son buenas en las relaciones personales, tratando a clientes, gestionando personas, las tienen aburridas, haciendo programas, que ni les van ni les vienen.
Y ese equilibrio, entre lo que quiere una persona y lo que le puedes ofrecer, deber mantenerlo, de manera que la producción de la empresa no baje, porque si no tienes a las personas motivadas, se aburren y ese aburrimiento lleva asociado, pérdida de interés y por tanto de productividad.
Así que motivar a las personas, hacerlas ver que su trabajo es importante, dejarlas aportar ideas y que las lleven a cabo, sólo así, además de tener empleados, tendrás personas implicadas, que harán mejor las cosas y por tanto, la productividad de la empresa subirá.
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