En los bares siempre se oye que los políticos tienen que ser transparentes, que nos tienen que decir la verdad, que si mienten cómo se les va a hacer caso,... y luego, en nuestra vida, ¿no hacemos exactamente lo mismo con nuestro entorno?
Es cierto que hay cosas que a lo mejor no es necesario contar, sobre todo si van a hacer daño a alguien, pero en general ocultar o decir medias verdades (que casi es peor), no es bueno.
En las empresas, se oculta mucha información y de hecho, personas que tienen información, en muchas ocasiones se la guardan para ellos, como si fuera un tesoro.
Y sí, la información, por ese trato que se le da es poder y por ello las personas se la guardan, por eso, tanto los políticos, como cualquier empresa, debería compartir la máxima información posible con todos sus empleados, de manera que todos sepan a qué atenerse, cuando ocurran cosas en la compañía. De hecho, muchos proyectos pueden irse al traste, porque quien los gestionaba no tenían toda la información y por ello, tomaron decisiones incorrectas, que llevaron a fracasar el proyecto.
Por lo tanto, sobre todo en empresas y organismos públicos, la información que se pueda dar, la tienen que conocer todos los que forma parte de esa empresa o todos los ciudadanos en el caso de los organismos públicos. En la parte pública, se ha avanzado algo, pero en la privada, se sigue ocultando mucha información, sin darse cuenta, que sólo perjudica a la empresa.
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