En muchas ocasiones, los clientes, no nos damos cuenta que volvemos locos a las empresas cuando pedimos cosas que no son posibles y además lo hacemos, sin ningún tipo de filtro.
Por poner un ejemplo, abrimos una incidencia y como pensamos que con quien hemos hablado no se ha enterado, llamamos de nuevo para ver qué es lo que han apuntado. Y en esa última llamada, tenemos la sensación de que tampoco ha sido capaz de enterarse y llamamos una tercera vez. Haciendo esto, es muy probable que cada uno de los operadores haya apuntado una cosa distinta y al final, nadie haga nada.
Por eso, lo mejor es llamar, explicar el problema, apuntar el número de caso y enterarse cuando tiene estimada su resolución. Sólo cuando se cumpla ese plazo, volveremos a llamar para que revisen el número de incidencia, sin dar más información, de manera que no se líe la petición. Haciéndolo así, es probable que lo resuelvan.
Así que no seáis pesados y dejar que las cosas salgan, de otro modo correréis el riesgo de que os pongan algún comentario en vuestra ficha y ya, cada vez que llaméis, no os tomarán tan en serio.
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