Cuando te dedicas a esconder tus carencias bajo la alfombra, esto es, la culpa de todo lo que no va bien siempre es de otro, aunque en ocasiones sea tuya, llega un momento en que alguien le da por limpiar la alfombra y salen a la luz tus vergüenzas.
Y es que, por muy malos que sean los que trabajan contigo, todos los problemas que tienes, es imposible que sean siempre de un tercero, por lo que, lo mejor que puedes hacer es asumir tus errores y compartirlos con todo el equipo extendido del proyecto, de manera que, entre todos, se solucionen las cosas.
Pero como, por norma general, se busca siempre un culpable al que atacar y hacer responsable de todos los males del proyecto, pues es complicado que cada uno diga lo que está mal y se ponga en común para poner soluciones comunes.
Y así pasa, que los proyectos no van al ritmo que deben, porque los diferentes participantes no trabajan como uno solo, que es lo ideal, para que las cosas salgan lo mejor posible.
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