Es desesperante cuando te meten prisa, para que tengas algo en una fecha, ya que parece que si no está se va a caer el mundo y luego, pasan los días y nadie da salida a aquello, que hiciste en el tiempo que pidieron.
Y si eso pasa muy habitualmente, te ocurrirá como al del cuento del lobo, que el día que de verdad corra prisa, no lo tendrás, porque se dará por hecho que se va a quedar en hibernación unos cuantos días.
Y eso, ocurre también con el exceso de reuniones para hablar siempre de lo mismo, ya que, lo que se consigue es que las personas que van a esas reuniones, cada vez participen menos y al final, el objetivo de las mismas, que se supone que es obtener diversas opiniones para conseguir una buena solución, pasa a ser un trámite que no aporta nada.
De verdad, plantearos si son necesarias las reuniones, si las cosas corren prisa,... en definitiva, tener claro qué es lo que necesitáis del equipo, plantearle el problema y dejaros aconsejar. Si después de varias reuniones, lo que sale como conclusión es lo mismo, quizá sea la solución, no sigas intentando cambiar la opinión. Lo que piensan muchos, suele ser la mejor opción, no fuerces la que tu piensas, por muy jefe que seas.
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