El estado anímico

El otro día hablamos de cómo los jefes no acompañan muchas veces, el que los equipos funcionen y crezcan y es así, pero queríamos matizar un poco lo que os contamos. Cuando decimos que los jefes no acompañan, no siempre son directamente los jefes, ya que hay directrices superiores, que les impiden hacer ciertas cosas. Por eso, el matiz que queríamos dar es que quien no acompaña es la dirección general, que no ayuda a que los jefes hagan esos planes. Aún así, algunos jefes ni lo intentan, por aquello de que no les echen la bronca y peligre su puesto.

Y hoy además, queríamos comentar algo más de esas políticas, en nuestra opinión destructivas por parte de la dirección de las empresas, y que, cuando a un jefe no le das esa posibilidad, su estado anímico baja y con ello su rendimiento y por extensión el del equipo, porque eso está presente. Por lo tanto, ese ambiente, al final, además de perder talento dentro de tu empresa, hace que el rendimiento baje y mucho, por lo que tampoco es interesante, esa usura que ejercen muchas empresas.

Decíamos que perdemos talento y lo hacemos, porque si no pagamos lo que se paga en el mercado, los empleados se irán y si se van, lo que haremos será perder personas eficientes, para traer a personas, que hay que formar y que su eficiencia será a largo plazo, momento en que pedirán una mejora, del tipo que sea, que por directriz no le vas a dar y conseguirás, que se vaya, perdiendo una vez más a la persona y el tiempo que utilizaste en formarla.

Pensarlo, dando tan solo un poco del beneficio que tenéis, las personas se quedarán y con ello, os aseguraréis un éxito.